miércoles, 25 de abril de 2012

De ratas y ratones

Una de las características del área donde vivo es que aún puede considerarse como un pueblo pese a que ya tenemos internet jajajaja

Como en todas partes que tienen casas que han estado ahí por generaciones, mi hogar tiene sus historias que suenan a leyenda y que a todo muchacho le gusta escuchar cuando van de visita con los abuelos. Algunas de esas historias son las que corren alrededor de la época de la revolución mexicana por 1910 o en años posteriores y que terminan con un deje de misterio y fantasmas.

La carretera que atraviesa mi localidad es la conocida como Carretera libre México-Pachuca y que en sus años antaños era una de las rutas más activas de los revolucionarios y que a su paso cuenta con lugares históricos como los que se encuentran en el Municipio de Ecatepec, uno de estos es la Casa de Morelos, llamada así tras la ejecución del guerrillero José María Morelos y Pavón en ese lugar.

¿Pero a que vengo con todo esto?  Bueno, ese aire de historias pasadas aún puede sentirse en la gente que habita las cercanías, con casas viejas y que pueden aún tener cuartos de adobe y con esa tranquilidad al caer la noche que solo se permite en lugares donde un gran porcentaje de los residentes, es gente vieja. No es que mi plan sea ofender a quien sea (que en la red suele ser muy fácil), en realidad me gusta esa tranquilidad y el poder pasar y decir 'buenos dias' a gente que te conoce desde crio o ver con ojos diferentes a los tenderos que cuando eras niño veías en los 30 y que ahora que te detienes, los ves y puedes notar las arrugas en su rostro. Es una sensación extraña, como cuando despiertas de un sueño. Es algo que recientemente me sucedió con el muchacho que atiende la verdulería. Fui a comprar lo necesario para hacer una ensalada y muy amablemente me despachó para que yo en un instante me descubriera observandolo, notando que lo que yo sabía de él, de su vida, realmente ya se reflejaba en su semblante. Incluso recordé las veces que cuando acompañaba a mi madre por la compra él terminaba regalandome algún fruto para entretenerme.
Es una curiosa experiencia la de notar que ahora la que hace la compra soy yo, y la que agradece el trato también soy yo, dejando en el pasado a la niña de vestido blanco que esperaba en la silla de madera a la entrada del local.
Es una lástima que actualmente esa calma se encuentre alterada por los muchachos en edad del pavo que se creen rudos y valientes y que terminan haciendo tonterías. Me refiero a esas banditas de chicos que gustan de asustar a los residentes con su presencia de malechores. 
Da igual, el mundo está así prácticamente en todas partes y no vale demasiado el quejarse en busqueda de compasión o algo así.


Y creo que ya me he extendido mucho en esta publicación jajaja, lo que pasa cuando uno está inspirado y se deja arrastrar por los recuerdos.
Algo que me gustaría comentar y que me motivó a escribir, es precisamente un ratón de tela. Es uno pequeño que he hecho para una persona que quiero mucho y que curiosamente, le aterrorizan los roedores. Espero que mi pequeño obsequio no le cause mucho pavor, he puesto todo mi empeño porque luzca tierno.
Subiría una fotografía (en realidad ese era mi deseo desde el principio) pero no se ha podido. Ya será en otra ocasión, de momento, no me queda más que desearles un buen dia.



Saludos

2 comentarios:

  1. Y creo que ya me he extendido mucho en esta publicación jajaja <- nunca es demasiado. Sigue contando ^_^

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